ARNO STERN

La vida y el trabajo de Arno Stern (Kassel, Alemania, 1924) están inexorablemente unidos desde que en 1946 entró a trabajar a un orfanato en un suburbio de París con niñxs huérfanos debido a la Segunda Guerra Mundial. Allí, con el único objetivo de mantener a lxs niñxs entretenidxs, creó un taller de pintura con unas condiciones y un entorno especiales que le permitieron establecer las bases de lo que acabaría siendo la Educación Creadora.

Su infancia, marcada por la huida junto a su familia de origen israelí de la Alemania Nazi le preparó en cierta manera para esta actividad, ya que alejado de sus estudios y libre de modelos y prejuicios, inició el taller de pintura desde una perspectiva completamente distinta a los cánones de la época, poniendo sus cinco sentidos en satisfacer las necesidades y las demandas de cada unx de lxs niñxs.

Su única aspiración era que estuvieran entretenidxs, que pintaran olvidándose de cualquier modelo establecido.

De esta manera, establecería las bases de la Educación Creadora y las condiciones para el juego de pintar que más tarde continuaría desarrollando hasta la actualidad, en su taller “Le Closlieu” (París, 1956).

LA FORMULACIÓN

¿Qué ocurre si ofrecemos las condiciones adecuadas? ¿qué ocurre si ni la persona asistente ni el resto de personas juzga lo que estamos haciendo, si lo importante no es el resultado sino el proceso? ¿qué ocurre si nos olvidamos de prejuicios, de todo lo aprendido… y simplemente jugamos?

Arno Stern, tras su experiencia con los niños y niñas judías en el orfanato y en los primeros años de actividad en “Le Closlieu”, observó que todxs emitían el mismo tipo de trazos, y comenzó a plantearse si esa similitud se debía a que todxs pertenecían a una misma cultura o si otrxs niñxs de culturas y condiciones de vida completamente diferentes harían el mismo tipo de trazos y figuras.

Esta inquietud le llevó a viajar durante una década a poblaciones aisladas, sin modelos de escolarización y completamente ajenas al dibujo o a la pintura.

Visitó comunidades de Etiopía, Níger, Nuevo México, Guatemala, Canadá, Afganistán o Nueva Guinea en las cuales muchxs de lxs niñxs ni siquiera habían visto un lápiz y un papel en su vida, y en todas ellas observó que las representaciones de los dibujos que realizaban tenían configuraciones tipo análogas a las que realizaban también las niñas de su taller Parisino: Figuras primarias, Objetos-Imágenes y Figuras Esenciales que conformaban un código universal y que provienen de la memoria orgánica, donde se almacenan hechos de nuestra vida prenatal, del nacimiento y de nuestros primeros años de vida. A este código lo llamó Formulación.

La formulación, es la expresión espontánea de todo lo que aquello no se puede expresar, es una expresión versátil que se da a partir de un trazo que se convierte en el portador de algo nunca expresado, un trazo exento de la obligación de ser entendido por un posible observador, que surge fuera de lo intencionado, libre de emociones, de sentimientos, de la memoria orgánica del ser humano.

En palabras de Arno Sterm: La formulación es un sistema estructurado y universal, pues toda persona, independientemente de su procedencia genera los mismos trazos. Esto se debe a que el origen de la formulación no son las impresiones ni las experiencias, sino que tiene su raíz en la memoria orgánica y es la expresión de las experiencias embrionales. Es peculiar por dos razones: la repetición y la simultaneidad de diversas formas de expresión (Stern, 1977).

CONDICIONES

Las condiciones en las que se desarrolla el taller se basan en tres pilares fundamentales en cuya importancia radica el desarrollo del mismo:

El grupo

El grupo debe ser heterogéneo, y estar compuesto por personas de diferentes edades y condiciones. Esta diversidad permite que cada persona se sienta diferente, permite evitar comparaciones, juicios y competitividad respecto a lo que estamos realizando.

Esta diversidad anula el miedo al qué dirán, y permite conectar con las necesidades personales de cada individuo, permitiéndonos improvisar y jugar.

El juego

El juego es el objetivo del taller, es lo que manifestamos a través de los trazos cuando con las condiciones que nos proporciona el espacio y el grupo, expresamos y satisfacemos nuestras necesidades, libres de juicios, comparaciones…

El juego es algo que realizamos de forma individual y donde siempre se respeta el ritmo de cada persona, es un proceso de investigación que nos permite improvisar, expresarnos y conectar con nosotrxs mismxs, desarrollando un aprendizaje profundo.

La asistencia

La persona asistente tiene como objetivo asistir y cuidar al grupo, y dentro de él a cada una de las personas que lo conforman para garantizar las condiciones que permitan el proceso del juego.

Es una persona que atiende a las necesidades que vayan surgiendo sin adelantarse a ellas, sin robar conquistas o aprendizaje, que asiste en todo aquello que necesitemos sin juzgar ni valorar.

Elizondo 2, 3, Berriz

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